jueves, 11 de mayo de 2017

DIVULGACION ESPELEOLÓGICA

Entrevista con Ibai, joven promesa del grupo,,realizada por DeporteNavarro .
Una interesante manera de divulgar la espeleo.


martes, 18 de agosto de 2015

CUEVA DE MUSAY

                       LA FIESTA DE LAS GATERAS
                 

               


Muy cerca de la carretera que lleva al alto de Orduña, pero en la provincia de Burgos, se encuentra esta curiosa cueva.















De ella se dice que un “buscador de tesoros” con un pico y una pala fue enlazando las pequeñas salas, creando pequeños laminadores ( gateras o pequeños pasos ), y que ya en el último abandonó el pico y la pala con el que había acometido tal empresa.



Un bonito agujero en la hierba nos invita a entrar, y una pronunciada rampa nos deja en una sala  bastante grande (50x10x8). 

















Según hemos bajado y a nuestra derecha, entre restos de hoguera y algún antiguo utensilio, sale la famosa galería del buscador, que es, en efecto, un rosario de pequeñas salas enlazadas por laminadores.


 La verdad es que no recuerdo cuántos hicimos, pero eran bastantes, creo, eso sí, que por lo general resultaban bastante cómodos, aunque alguno algo más justo que otros. Había también una curiosa puerta natural con forma de cerradura.

Esta fue una de las primeras cuevas que hicimos (hace ya casi tres años) y la recuerdo con agrado, con esos curiosos laminadores. No sé qué nos parecería hoy pero seguro que disfrutaríamos igualmente.

En cuanto al pico y la pala, nosotros no los vimos, pero no tengo claro que hiciéramos el último laminador, aunque creo que nos asomamos y no vimos nada.





 Habrá que volver para comprobarlo…..

Una cueva para disfrutar con los niños, aunque esta, no sea el mejor ejemplo de  conservación, aún así, nos pareció muy recomendable.
















                      Aunque quién sabe, si sería la alegría del principiante.












miércoles, 12 de agosto de 2015

CUEVA DE ARIBE O ALDASATXEA

                                                   

                        CUANDO LO SOBRIO SE VUELVE ELEGANTE



Esta cueva siempre me había resultado interesante para los peques, pero no acababa de animarme por  la entrada, pero al final decidimos hacerla. La cueva se encuentra en un cortado,  y se accede por un pequeño  y un tanto roto muro vertical al que sigue una pequeña cuesta.






Lo de subir con cuerdas, aunque sea para llegar, siempre es interesante para los niños y también, muchas veces, para los adultos, al menos para algunos.

Subo por la cuerda que suele haber en el muro y lo refuerzo con otra cuerda y con unos estribos. Vamos asegurando a los niños (y a algún adulto) y poco a poco todos arriba,  en la boca de entrada, la cual es un fabuloso mirador natural.







La boca es grande y tiene dos posibles entradas, así que entraremos por una y saldremos por la otra, a modo de pequeña travesía.
Los peques ya llevan un poco salseando por los distintos recovecos, así que, para dentro.






Y seguimos con la “marcha”, gatera descendente opcional  (que  como no, hacemos sin dudar…) , que nos deja en un pequeño balcón.

 Vuelta y nos encontramos en una bonita cornisa sobre una pequeña sima, no es difícil pero hay que pasarla con cuidado, y con un par de adultos, protegiendo. Salseamos por unos agujeros altos y paso estrecho en tobogán hasta la otra galería. Aquí gatera opcional, bastante estrecha. Los niños sin problemas, los adultos son otro cantar: se oyeron muchos resoplos y varios juramentos que no me atrevo a repetir, pero todos pasamos, finalmente, como debe ser.









Y el esfuerzo tuvo su recompensa, nos dejo en lala galería más bonita con numerosas estalactitas y bonitas formas y colores. 


















Después vuelta a resoplar, eso sí, con buen humor y seguimos por la galería hasta un paso que nos deja  en la sima que habíamos pasado antes.


Muchos murciélagos. Seguimos jugando por varios recodos y al poco estamos sobre la otra boca, pero aún nos queda el rappel de bajada, que no es poco. Y,  que resulta una buena manera de acabar esta bonita cueva.














 La cueva tiene, que yo sepa y haya visto, cinco pisos. Es decir, que nosotros solo visitamos una pequeña parte, quedándonos  pendiente la visita al segundo piso. Así que ya tenemos excusa para volver, aunque como señalaban los amigos, no hace falta ni excusa, ya que es una cueva sorprendente.



























                                  Como decían los peques, una cueva  muy “guay”.