ENTRE SAL Y ARENISCA
Esta cueva se conocía desde hace mucho tiempo. Fue explotada como cantera de arenisca en la época musulmana, que dicen se utilizaban para la construcción del castillo de Denia. Todavía hoy en día se mantienen las marcas.
Dicen
también que en la II Guerra Mundial fue escondite y punto de encuentro de
abastecimiento de submarinos (seguramente alemanes) y también que había un
enorme tanque de hierro de, al menos, 6x10 cerca del islote que protege la
entrada de la cueva y a unos 15 m. de profundidad, y que al poco de acabar la
guerra desapareció sin que nadie supiera ni cómo ni cuándo.
Desde Denia
un agradable paseo paralelo a la costa nos lleva hasta la cueva. El paseo es
sencillo pero hay que ir con mucho cuidado, especialmente con niños, ya que,
aunque en algunos puntos hay cuerdas y cadenas, hay que evitar la caída. También se puede ir desde Xabia ( Javea), por un camino que sale un poco antes de llegar al cabo de San Antonio. Un
descenso por una canal (las veces que hemos ido había puesta una cuerda) nos
deja en la boca de entrada.
Es normal
encontrarnos con gente por el camino ya que la cueva es un lugar muy
pintoresco, por lo que no es de extrañar que, sobre todo en verano, la zona de
agua “este llena”, lo que, desgraciadamente, a veces conlleva demasiada
suciedad.
La primera
vez que estuvimos fue una semana santa, había poca gente y la cueva estaba
bastante aceptable. Sin embargo la segunda vez fue en verano y se notaba que
había aumentado de manera notable la suciedad (papeles, plásticos…),
especialmente en la sala de entrada, que es donde va la mayoría de la gente. Lo
cual es una pena. Por eso pienso que es importante incidir en una educación al
respecto, a fin de evitar estos hechos, ya que entre todos debemos
cuidar nuestro entorno de una manera natural.
Esta boca es la única que no da directamente al mar (dirección w.), y por la que entramos. Llegamos a una sala de grandes proporciones en la que vemos otras 5 bocas (4 de ellas artificiales), el lago salado y un par de pequeñas galerías (la sala Pavía y la sala dels Blocs). El sitio es extraordinario. Si tenemos suerte y según entre la luz, disfrutaremos de un magnífico escenario.
Pasamos un
rato recorriendo la sala y nos ponemos cascos y luces y entramos a la
cueva-mina por nuestra derecha, por el paso de los puentes y seguimos en
galería única por un suelo de arena mayormente dura, muy cómoda para andar y
curiosa para los peques.
Vemos algunos colores y diversas marcas de la cantera
en la pared, que quizás resulte lo más
curioso.
De la sala
de la “codolla” sale una pequeña gatera que nos deja en una salita con el suelo
de arena de playa. De esta sala dicen, que unos piratas enterraron su tesoro y
que no volvieron a recogerlo. Estuvimos un rato removiendo la arena, pero no
hubo forma, no encontramos el tesoro. En fin, que le vamos a hacer…..
Poco a poco
volvemos y pasamos por debajo de la sala
de los puentes, para llegar a la sala de los “sinquetes”, de curioso techo y cercana al agua, por lo que
hay que tener cuidado cuando el mar está movido, ya que puede entrar agua en la
sala.
Resulta una
cueva divertida e interesante, muy buena para combinar con un día de baño y, curiosa por su forma.
Durante la
visita a la cavidad nos encontramos con gente poco preparada y desorientada, debido
a la facilidad de acceso. Aunque la cueva es sencilla, hay que extremar
precauciones, ya que el mundo subterráneo es hostil y hay que ir preparado y
sabiendo con claridad lo que se hace y por supuesto, SIEMPRE, dejando aviso de
donde estamos.
Con un
mínimo de cuidado podemos disfrutar mucho todos.

Muy amena jornada.
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